viernes, 22 de febrero de 2013

UN ÚLTIMO TRAGO, POR FAVOR




- Ven siéntate a mi lado nena.
Y agarrándola por la mano, la atrae hacía él en un gesto posesivo.  Y la besa apasionadamente. Pero ella se escurre de sus brazos en una abrir y cerrar de ojos.
Eva es una mujer difícil, indomable. Marcos dominante y posesivo. Juntos son un manojo de explosivos de mecha fácil.
Él siempre la espera en la barra del bar donde ella trabaja. Vigilando las manos de algún borracho asqueroso que intente tocarla, para partirle la cara. Ella es suya, de nadie más.
Los lunes por la noche, son flojos. La resaca del fin de semana ahuyenta a los pijos de las zonas residenciales. Los lunes solo vienen los colegas de siempre.
Y aparece por sorpresa. Raúl un amigo de Eva desde crios. Ella le cuenta todos sus secretos. Marcos no lo ve con buenos ojos. 

- Algo sucio trama este cabrón- rezonga, siempre, entre dientes, furioso.

 Lleva unos días llamándola, espiándola. Marcos y Eva han pasado esa semana discutiendo por ese jodido entrometido. Y aqui está. Deslumbrante como un diamante cortante.
Se saludan el uno al otro, con desdén, de una punta a la otra de la barra. Eva lo abraza efusivamente y él, disimuladamente le toca el culo. Marcos tiene que hacer un esfuerzo para controlarse y no cortarle el cuello. Se rien, hacen bromas y Marcos va y viene de la máquina de discos como un león enjaulado. 

Los clientes del bar se han ido marchando y Raúl parece no tener intenciones de largarse.
Mientras Marcos va al baño a descargar un poco de cerveza, Eva sale a tirar la basura. Raúl no desaprovecha la oportunidad de acompañarla, para ayudarla.
El callejón esta vacío, la bolsa pesa y aprovechando el impulso para lanzarla dentro del contenedor él la atrapa en un descuido. La besa apasionadamente mientras ella trata de zafarse. Raúl le susurra al oido que la desea, que no aguanta mas. Ella sorprendida lo abofetea. Y vuelve de nuevo al bar, furiosa, dejándolo perplejo y cachondo.
Finalmente, reacciona y la sigue al bar, pero ya ha vuelto Marcos. Se tranquiliza al darse cuenta de que Eva no ha dicho nada. Y para su sorpresa Marcos se le acerca y se sienta a beber junto a él. Eva cierra, anda preocupada por el repentino colegueo surgido entre los dos hombres. Incluso se rien. Marcos la llama y ella, acude cautelosa. Y con un tono sarcástico le comenta:

- Me dice Raúl que ha intentado besarte y le has abofeteado. Bien nena,bien. Pero hemos estado hablando él y yo. Que tu eres lo más importante nena, lo más importante. Y quiero darte una oportunidad para que puedas disfrutar. En los brazos de otro. Quiero estar seguro de saber con  quien quieres estar nena. Te quiero pero las dudas me corroen. Juegas a dos bandas y eso no me gusta. Él está de acuerdo en que seas tu la que elija. Ahora la pelota está en tu tejado, muñeca.  Pero si aceptas exijo estas dos condiciones:
La primera es que quiero mirar, estar presente. Y la segunda que todo acabará con el último trago que me beba de esta botella de Jack Daniels.

Eva se queda petrificada, sin  saber que decir o como reaccionar. Raúl esboza una amplia sonrisa. Esta disfrutando del momento. Ella se acerca, y le dice algo al oido a Marcos. Él la besa, la acaricia, se levanta y se sienta en una mesa cerca del billar. Sin olvidarse de pillar la botella de bourbon de la barra. Eva lo mira alucinada.

- ¿Y bien?, ¿que has decidido?- pregunta Raúl sin rodeos.

- Que si queréis jugar duro, jugaremos duro. Pero el "perdedor" desaparecerá de mi vida para siempre. No habrá mas jueguecitos de estos, jamás. Saldrá de este local y no volverá ni tan siquiera como cliente. ¿Entendido?- Anuncia Eva con una seguridad apabullante.

Ambos dudan y asienten con gesto nervioso. Marcos se queda pálido. Pero se traga su orgullo.

- Se hará como tu digas, nena.

Ella agarra a Rául y se lo lleva a la mesa de billar atrapando la botella de bourbon de Marcos al pasar delante de éste. Le da un trago largo y se sienta en la mesa. Marcos está flipando, Raúl disfrutando. Ella le agarra el cuello y devora su boca. Sin dejar de mirar a un Marcos perplejo y un pelín preocupado.  Siguen con el manoseo, Raúl le sube la falda, ella lo tiene atrapado entre sus piernas. Su camiseta desaparece, tras de ella lo hace el sujetador. El ambiente se va caldeando y Marcos se remueve en la silla inquieto y sofocado. Ellos siguen a lo suyo. Eva continua desvistiendo a Raúl, sin separar sus bocas. Él atrapa su pelo, la agarra con fuerza, mientras una mano se pasea por sus pechos. Los jadeos van subiendo de volumen. La música de la maquina de discos ha acabado. Solo se les oye a ellos dos. El pantalón de Raúl acaba en el suelo. No lleva ropa interior.

-Será hijo de puta- rezonga Marcos- Lo tenía todo planeado...

Eva se acerca al borde de la mesa, está descontrolada, sedienta de placer. Raúl le agarra de las caderas y la atrae hacia él. Le introduce su miembro, lentamente, recreándose. Eva ya no mira a Marcos. Está tirada sobre la mesa, abandonada a sus instintos. Moviendo las caderas, al ritmo que impone Raúl. Los gemidos y jadeos aumentan. Marcos tapa su rostro, desencajado, entre las manos. Preguntándose cómo ha podido ser tan gilipollas. Se sentía ganador. Creía que ella no iba a aceptar o que iba a echarse atrás en el último momento... ¡Qué equivocado estaba!. Aún así se queda. Su orgullo le impide salir  del bar antes de que todo acabe. 
Eva se retuerce, se toca los pechos, con los ojos cerrados entre sollozos de placer. Raúl levanta la cabeza en extasis. Y el orgasmo no tarda en llegar. Aún asi contínuan balanceándose un rato más. Hasta que él cae sobre ella, rendido. Quiere quedarse asi un rato, pero ella lo empuja y se lo quita de encima.  Coge la botella de bourbon que tiene a su lado. Y se la bebe de un último trago largo. Hasta acabársela.
Se viste rápidamente, ante las miradas atónitas de los dos hombres. Marcos se levanta, nervioso y va hacia ella. Eva lo esquiva y continua hacia la barra. Coge las llaves del local, el bolso y toma rumbo hacia la puerta. Ambos se quedan mirándola en la distancia. Esperando una respuesta.

- ¿Qué has decidido, gatita?- Raúl se adelanta triunfante.

- Tu eliges, nena- Resuella Marcos, que ya se ha rendido...

Eva toma aire, los mira a los dos, con ternura. Aparentemente indecisa. Despertando así las esperanzas perdidas de Marcos y quebrando la victoriosa moral de Raúl...

- Iros a la mierda los dos!!.

Y  desaparece en la noche dando un portazo.

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