sábado, 1 de septiembre de 2012

EL ESPECTRO....


Surgió entre la bruma, como un espectro fantasmal. Se había desprendido de casi toda su ropa. Sólo cubierto por una fina capa de seda que mostraba su seductora silueta. Antaño ella habría temblado de placer ante su presencia. En ese momento lo hacía de terror. Ella lo había visto morir entre sus brazos. Vio como la vida había abandonado su cuerpo, entre sollozos y lágrimas. Ella fue a la última persona que vieron sus ojos. Y ahora estaba allí, frente a ella. Con esos ojos penetrantes y seductores. Escrutando su rostro. Su corazón latía cada vez mas deprisa y ella temía que el espectro pudiera oler su miedo. Permaneció largo tiempo siendo observada y analizada por aquel ser. No se atrevió a moverse hasta que el espectro acercó su mano en ademán de tocar su rostro. Ella reaccionó apartándose asustada. Él sonrió y eso la relajó. Y suspiró con una profunda tristeza al pensar que, aunque él la tocara, no lo podría sentir. Se consoló al recordar sus caricias en vida. Y las lagrimas brotaron lentamente surcando su rostro. El espectro torció el gesto con dolor y se acercó hasta estar a escasos centímetros del rostro de ella. Y la besó. Con los ojos cerrados, recibió el beso, creyendo imaginar que lo sentía. Era tan real la caricia de sus labios que no fue hasta que abrió los ojos cuando se dio cuenta que el espectro se había materializado. Acarició su pelo, atrayéndolo hacia ella. En un desesperado intento de que él no se desvaneciera y que todo fuera un sueño...
Una potente luz amenazaba con cegarla, pero a ella no le importó. Sentía como las entrañas se le retorcían y su corazón luchaba por latir, por no morir. Otra descarga y su cuerpo se volvió a convulsionar. Ella no quería sufrir, quería que él parara. Y se apartó bruscamente, y sus huesos fueron a dar en el frío suelo del hospital. Los enfermeros se arremolinaban en torno a ella. Tratando de levantarla entre una sinfín de cables. Ella abrió los ojos desesperadamente, tratando de ver que estaba pasando. Una dulce voz trataba de tranquilizarla mientras le acariciaba el rostro con tanta delicadeza. Se encontraba perdida y desorientada. Sus ojos comenzaron a focalizar y descubrió aterrorizada, de nuevo, el rostro de su amado. Le explicaron que no temiera, que había tenido un accidente de trafico. Que había recibido un fuerte golpe en la cabeza y que llevaba meses en coma. Que su corazón había dejado de latir por unos instantes, que la habían intentado reanimar. Que habían temido por su vida. Pero que ella era fuerte y lo había superado. Ella no dejaba de mirar al espectro. Repitiendo que estaba muerto, que ella lo había visto morir. Él le dijo que todo había sido un mal sueño. Que ya había acabado. El espectro tan sólo era el médico que la había atendido durante todo ese tiempo. Ella cubrió su rostro tratando de tapar sus mejillas rojas de la vergüenza. El doctor la miraba sonriendo con ternura y ella supo en ese instante que ya no podría amar a otra persona en toda su vida...