domingo, 27 de enero de 2013

DESEO INMORTAL



Me bastó unos segundos para darme cuenta de sus intenciones. Pero, para entonces, ya era demasiado tarde. Se acercó hacia mi, con una sonrisa canalla pintada en la cara. Extendió su mano, agarrando, violentamente, mi cara. Su enorme mano atrapó mi rostro y atrayendome hacia él susurró: 
- Ya eres mía. 
Yo temblaba como una hoja pero el deseo me paralizaba. Podría haberle empujado,  pisado, mordido pero me quedé inmovil. Esperando que su boca atrapara la mía. Pero no lo hizo, ladeó la cabeza y me mordió. Sin más preámbulos. Clavó sus dientes y bebió de mi hasta saciarse. Mi mundo daba vueltas y yo luchaba por mantenerme en pie. Pero mis ojos pesaban...pesaban tanto... 
Me desperté casi desnuda, apenas cubierta por unas sabanas de satén rojas y con un extraño sabor metálico en la boca. Estaba anocheciendo y una punzada de dolor atenazó mi corazón. Un miedo aterrador se apoderó de mi. Algo no iba bien. Escuché unos pasos, acercándose a la puerta de aquel extraño cuarto. Cuando el pomo de la puerta giró, mi corazón galopaba hacia mi boca desbocado. Una mezcla de angustia y placer inundó mi cuerpo. Lo estaba esperando, lo estaba deseando. Todo sucedió tan deprisa que apenas tuve tiempo de parpadear antes de estuviera sobre mi...desnudo. 
- Nunca me saciaré de ti-, escuché entre mis jadeos.
Y la vida se fue escapando de mi cuerpo, para siempre. Todo se volvió oscuridad. Y cuando creí que nunca mas volvería a ver su rostro, desperté. Pero yo, ya no era yo. Yo ya era suya...

No hay comentarios:

Publicar un comentario