lunes, 13 de mayo de 2013

EL PODER DE LAS LAGRIMAS...



La lluvia le calaba los huesos. Plantado en la puerta del restaurante, asi se había quedado. La pequeña y dulce Noelia le había dejado tirado. Una hora y media más tarde y, empapado, se rindió. Apenas tenía carga en el móvil, para una última llamada perdida. Se la jugó a una sola carta. Si no contestaba se largaba a casa y borrón y cuenta nueva. No entendía porqué se rebajaba tanto por aquella tia. Pero desde que la habia visto por la web cam en aquella página de encuentros de internet, no había logrado quitársela de la cabeza. Era deshinibida, atrevida, divertida. Al principio tenia sus dudas, porque sólo la había visto en fotografías. Ya le habian tomado el pelo alguna que otra vez. Por eso al tercer dia se soltó y le propuso, sin tapujos,  poner la web cam y hablar cara a cara. Sin trampa ni cartón. Ella accedió sin problema, para su sorpresa. Y descubrió que ella era mejor aún de lo que él había creido. Y después de un par de meses de charlas y calentones a medianoche, se decidió pedirle una cita. Quedar en Segovía. Ella era de Valladolid y él vivía en Aranjuez. Y les pareció un buen punto de encuentro. La cita: Sábado 15 de Junio en el asador "El Cordero Lechal" a las 9 de la noche.
A Javier, le sonaban las tripas. Llamó y dejo que sonara unas 6 veces. Si lo dejaba sonar más veces iba a parecer que estaba desesperado y, cuando iba a colgar, ella respondió.
- Perdoname Javi, me vas a matar. He perdido el autobus que salía a las 7 y media. Y he tenido que esperar al de las 9. Estoy llegando desde la estacion, en taxi. Esto es un caos con la lluvia. Mi autobus pinchó. Estoy empapada. Pensarás que soy un desastre... lo siento. ¿Me perdonas?. Por favor, me perdonas di que si...
....
Javi se habia quedado sin bateria en ese preciso instante. Noelia se quería morir.
- "Se va a ir, si. Ese no espera. Seré tonta...joooo".-pensaba desesperada.
El taxi se acercó a la esquina del restaurante y fue cuando ella lo vió, plantado bajo la lluvia, con una sonrisa de oreja a oreja.

- Pobrecillo- penso- Y yo creyendo lo peor...

Segun se bajó Noelia se saludaron, apresuradamente, con un fugaz y casto beso en los labios. Y entraron como un rayo en el restaurante, a ver si tenian la posibilidad de comer algo y que les permitieran entrar con esas pintas. El camarero era un encanto y los llevó a un lugar apartado. Les invitó a un aguardiente cortesía de la casa, para que pudieran entrar en calor.
Pidieron la especialidad del día, un botella de vino de la tierra y pasaron el rato entre risas, confidencias y furtivas caricias. Decidieron dejar de abusar de la confianza del personal del restaurante. Pidieron la cuenta, unos cafés y salieron a la calle . Desde hacia rato habia dejado de llover pero ellos aún seguían un poco empapados. Aunque a ello eso les deba igual.

- Ha sido una noche movidita. Parecía que al final no ibamos a poder conocernos y ha salido todo mejor de lo que esperaba al principio, la verdad. Pese a los imprevistos- confesó Javier timidamente orgulloso.
Noelia le miraba con los ojos chispeantes. Se le había subido un poquito el vino a la cabeza y se lanzó a sus brazos, sin previo aviso. Le plantó un beso en la boca y él no pudo resistirse.

-¿No creerás que he pasado el infierno que he pasado esta tarde y esta noche para estar aqui por una simple cena?- confesó una atrevida Noelia entre susurros con los labios pegados a los de Javier.

- Iremos donde tu quieras. Estoy a tus pies. Seré tu devoto súbdito, mi reina.

Entre arrumacos, besos y magreos llegaron al hotel de Javier. Cerca del casco antiguo. A ella le pareció un poco viejo pero, cuando vió la cama de la habitación, dejó de ponerle pegas.

-Resistirá- dijo ella entre risas, picarona, mientras se quitaba las empapadas botas- No seas tímido, seré buena, no te romperé. Sólo saldrás un poco magullado y maltrecho. Pero ya sabes como soy. Nunca te he escondido nada.

 Javier no dejó que ella terminara la frase y la empujó, suavement, hacia la cama. Ella quedó tumbada boca arriba. Apoyada en los codos, lo miraba desafiante y lujuriosa. Él comenzó a quitarse la ropa, de forma violenta y brusca.
- Mmmmm... no esperaba un striptease, ¡qué honor!.

Sin mediar palabra se quedó completamente desnudo ante ella.

- Ahora tú. Pero no te levantes. Quiero ver como te retuerces mientras te sacas la ropa. Déjate las bragas. Quiero arrancártelas- la voz de Javier sonaba ronca y profunda. Noelia sintió un latigazo de placer entre las piernas, en su rincón más intimo., donde la humedad de su vagina hizo presencia, al instante.

Hizo lo que él le pedía. Javier, jadeante se acercó a la cama y la agarró de los tobillos. La atrajo, violentamente, hacia él dejándole las piernas a cada lado de sus caderas con el sexo de ella sobre su erección. Comenzó a frotarse con ella lentamente, sin dejar de mirarla. Noelia, arqueada, se dejaba hacer, mientras él le metía los dedos entre sus braguitas y notaba, en sus dedos, lo húmeda que estaba. En un gesto muy erótico se llevó los dedos a la boca y se los lamió. Ella se estremeció.

- Quiero más, dame más- jadeó enloquecida por el deseo.

Javier le arrancó las bragas y se agachó entre sus piernas y sin dejar de acariciarla hundió su boca contra el sexo de ella. Las manos subian y bajaban desde las caderas a los pechos. Pellizcando sus pezones, retorciéndoselos. Ella le agarraba el pelo y tiraba de él. Le quería dentro, en las entrañas. Sucumbió al orgasmo al poco tiempo. Pero, aún asi, él continuo con la tortura unos minutos más. Venciéndola, derrotándola. La miró tumbada, gimiendo aún, temblorosa. Ella notó la mirada y se incorporó.

- Te pedí que me dieras placer oral y has cumplido. Con creces. Tendré que cumplir mi parte del trato, ¿no?. Soy una mujer de palabra. Pero necesitaré un poco de ayuda, al principio- La voz de Noelia era un sensual reclamo que resonaba en los oidos de Javier.

- No pretendo que sea ya. Podemos esperar un poco...
- Lo deseo, te deseo ya, nene.

Sin dejar de mirarlo, se acercó, lo tomó de la mano y lo obligó a sentarse al borde de la cama.

- Ahora coge mis flujos y juega con la entrada. Puedes meter un dedo, lentamente. Tendrás que ayudar a dilatarme.

A Javier, le faltaba el aire y la boca se le hacía agua. Nunca había tenido sexo anal con ninguna de sus novias, ni siquiera con las chicas con las que se había acostado. Ni tan siquiera la prostituta con la que habia estado en la despedida de soltero de su primo. Era virgen en ese mundo. Y no se acababa de creer que aquella chica menuda y bajita tuviera los arrestos de ser la primera en "desvirgarlo". Obedeció a todo lo que ella le ordenaba y comenzó a jugar e introducir un dedo, lentamente y poco a poco. La respiración de ella era entrecortada, pero jadeaba ligeramente.

- Sigue, muevelo un poco más. Da vueltas cielo. Si lo haces bien será la hostia, pequeño.

Menuda tía. Le encantaba lo resuelta y decidida que era. Sin tapujos, disfrutando de su cuerpo.

- Ahora introduce dos. De la misma manera. Fijate como van entrando solos, casi sin resistencia. Falta poco, cariño. Muy pronto estarás en la gloria- ella hablaba con una seguridad aplastante.

Él creía que iba a desmayarse en cualquier momento. Hiperventilaba y respiraba trabajosamente, Pero estaba tan excitado que le daba igual morirse de gusto esa noche. De pronto ella le sacó la mano. Y, a tientas, le buscó y le introdujo lentamente el miembro. Él se quedó paralizado y sintió fuego a lo largo de su erección. Comenzó a sudar y a jadear como un loco. Permanecía quieto. Dejando que ella llebara el control. Y entonces ella comenzó a ascender y descender, lentamente. Le cogió una mano y se la llevó al clitoris. Se agarraba los pechos, se los estrujaba y le pedía más:

- Yo llevo el ritmo, pero tu tienes que ser bueno y jugar con mi clitoris. Quiero irme contigo. Quiero sentir como te vas dentro de mi. Sentir tu liquido caliente escurrir por mis piernas. Hazlo, cielo.

Movía los dedos a un ritmo frenético, mientras ella lo llevaba a los limites del placer en cada movimiento. Con cada embestida. Jadeos, gemidos y sudor. Todo concentrado en aquellas cuatro paredes. Parecían dos bestias en celo. Dejándose poseer el uno al otro. Y de pronto él  no puedo aguantar más y entre resoplidos y gemidos se fue. Ella le siguió a los pocos minutos, arqueada, mientras le buscaba con la boca para devorársela.
Permanecieron encajadados, besándose y acariciándose un rato más. Él salió de ella con delicadeza y la sentó en sus rodillas. Ella rendida se dejó arropar por sus brazos. Se quedaron así. En silencio. Sobraban las palabras. Sólo querían estar así. Se tumbaron. El uno junto al otro, mirándose. Hasta que ella, fianalmente, alcanzó a decirle:
- Nunca he practicado sexo anal. Me daba miedo hacerlo con un tio que supiera, porque temía que me iba  a hacer daño. No te lo he querido decir, porque me daba verguenza. He estado tan insistente con el tema, que ya no me podía echar atrás. Lo que he hecho, lo vi en una peli porno...

Las carcajadas  de Javier, resonaron en la habitación. Ella, roja como un tomate, se tapó la cara con la almohada. Él, divertido, luchaba por apartársela y darle un beso. Logró vencerla con cosquillas. Y derrotada y humillada, ella finalmente le miró a los ojos.

-Eres toda una caja de sorpresas pequeña princesa. Nunca he conocido a nadie como tú. Nunca. Y quisiera ser tan valiente y tan atrevido como lo eres tú. Si me dejas, seré tu más fiel escudero. Hasta que te vayas. Porque se que me ocultas algo. Se que estás enferma, y no creias que  lo iba a descubrir. Pero no importa. Permaneceré a tu lado hasta el final. No te dejaré sóla.
Noelia dejó salir, por fin las lágrimas y se dejó besar y acariciar por Javier. Hasta que se quedaron dormidos.

P.D: ( Los buenos momentos de la vida, son pequeñas gotas de lluvia. Una solo puede parecer insignificante, pero millones de ellas pueden llenar el más seco y frio de los corazones. No desprecies el poder purificante de las lágrimas. No desprecies el amor, cuando te llega sin previo aviso. Solo dejate llevar y agradece a la vida lo que dure).


No hay comentarios:

Publicar un comentario