"Me limpié la boca con las cortinas. No tenía
tiempo para buenos modales. Y no es que hubiera hecho algo muy educado
que digamos. Beber sangre de un desconocido, en mitad de la noche,
invadiendo la intimidad de su casa, colándome por su ventana,
no era algo digno de halago. Pero desde hace dos semanas mi buena
educación se ha ido a mejor vida. La sed es la más poderosa de mis
motivaciones y nadie me preguntó si quería este camino. Lo eligieron por
mi.¿ Por qué tengo que ser yo condescendiente con mis victimas,
entonces?. Ya no tengo tiempo para galanterías y tampoco soy una dama
refinada del barrio rico de la ciudad. Lo mejor de todo es la falta
total de escrúpulos. Pasaron, todos ellos, a mejor vida con mi falta de
tacto y mis buenos modales. Fue una liberación.
Me he ido
desvaneciendo hasta parecer una sombra. Una bruma en la oscuridad de las
calles. Adopto la forma que quiero y entonces, es cuando realmente soy
poderosa. Esta noche, sin ir más lejos, adoptando la forma de un viejo
solitario y taciturno en la barra de un bar he descubierto a este
miserable desperdicio humano. Unas copas gratis desatan la lengua a
cualquiera y me ha contado todo lo que necesitaba saber. Le he hecho un
favor al mundo, aunque nunca seré compensada por tan valioso acto. He
vengado a todas aquellas pobres mujeres que fueron engañadas y abusadas
por este bicho inmundo. Esta noche el equilibrio y la justicia han sido
ejercidos. Y yo he cenado gratis. Fin de la historia".
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