miércoles, 21 de septiembre de 2016

TE LO ADVERTI

Debí advertirte de mis llamas,
de mi fuego desatado.
Cuando te habias quemado,
descubriste que era demasiado tarde.
No podrás recuperarte
de ese infierno que soy yo,
en carne viva.
Demasiado intensa,
demasiado franca,
demasiado abierta.
Me eduqué en la intensidad del fuego, 
pero el agua calma mi lava.
Dibuja formas abstractas,

juega con la piedra, 
hasta endurecerla.
Debi advertirte que soy una roca firme, encallada junto al mar.
Inalterable en mis propositos. 

Implacable en mis decisiones.
No me apaciguo, si acaso me calmo, momentaneamente,
para volver a desatar la tormenta.
¿Podrías pasarte toda la vida en vilo?
Porque es todo lo que puedo ofrecerte.
Nací en mitad de la tormenta.
No me pidas fuego sereno, 

que llevo lava volcánica en las entrañas.
Oceano Atlántico fluyendo por las venas.
Y un corazón africano, 

palpitando en mi fragil pecho de mujer.

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