Se miró en el espejo, unos
instantes, antes de salir de casa. No podía evitar estar nerviosa tantos
años después. Pensó que no quería defraudarle. Tenía que dar una
conferencia ante varias personas e, inevitablemente, él sería uno de
los asistentes. Eso la ponía, aún más nerviosa, si cabe. Apenas
recordaba su rostro, lejano en el tiempo. Y si lo recordaba se
encontraba en un rincón de su memoria bajo siete candados, pensó. No
importaba el ayer. Lo importante era hoy.
Salió
rumbo a su destino. Decidió ir a pie, porque necesitaba ordenar sus
ideas. Nunca había sido una mujer de recursos. Trató toda su vida de
encontrar su lugar, y ya casi lo estaba logrando. Pero él había
aparecido para desordenar y desbaratar toda su meticulosa y "perfecta"
vida. Debía mantenerse firme, serena, fria. Sacó todo resquicio de
templanza que pudiera quedarle y recogió sus cabellos por el camino. El
rizo incontrolado de sus cabellos, denotaban caos. Y ella quería ser la
perfecta imagen del orden. Antes de subir a la sala de juntas, pasó por
el baño de su despacho para repasar hasta el ultimo detalle de su
imagen. Perfecta, se dijo. En el fondo sabia que no era cierto, ella no
era perfecta. Pero estaba perfecta dentro de su eterna imperfección. El
pasillo que unia los despachos con la sala de juntas parecía no tener
fin. Golpeó con los nudillos y esperó una voz que le indicara el paso.
La
puerta se abrió y mas de veinticinco personas le esperaban con ojos
inquisidores examinando cada detalle de su persona. Un breve vistazo
general y no habia rastro de él . Respiró tranquila. Finalmente, no
había aparecido. El color regresó a sus mejillas y se acercó segura al
estrado.
La conferencia
pasó volando y al final todos la felicitaron. Tras media hora de saludos
de rigor y de brindis, la sala de juntas se vació. Ella se desplomó
sobre una de las sillas y se descalzó asegurándose, ante, de que no
quedaba nadie en la sala. Se sirvió cava en su copa, una vez más. Tras
unos instantes, de relax, se aventuró a observar el increible
espectáculo de la ciudad de noche, desde uno de los enormes ventanales.
Miles de luces repartidas a lo lejos de las colinas mostraban el camino
a los barrios residenciales. Unos golpecitos en la puerta la sacaron
del trance. Al girarse el camarero, que habia servido el cava durante el
brindis, pidió permiso para retirarlo todo. Ella hizo un gesto de
asentimiento y continuó, observando la ciudad, absorta.
-
Por increible que parezca, es aún mas bonita de noche. Y por aquella
colina de la izquierda vivía yo de niño- comenzó a hablar, timidamente,
el camarero mientras colocaba las copas sucias sobre un carrito.
-
Yo también me crié alli- respondió Alba en apenas un susurron, pero aun
asi, él la escuchó perfectamente- No conservo muy gratos recuerdos de
aquella época. Eramos cinco hermanos y yo era la mayor. Mi madre estaba
ausente todo el dia de casa, con tres trabajos diferentes. Y mi padre se
había largado con una trapecista de pequeño y decadente circo. No tuve
tiempo para chicos, ni para fiestas.
-
Yo tenía problemas por mi tartamudez- estaba tan cerca que ella no
puedo evitar dar un respingo- Siento haberte asustado.Creo que te debo
una disculpa Alba. Pensabas que era uno de los accionistas de la nueva
compañía pero no soy más que un camarero.
Alba
se negaba a mirarle, se sentía una estupida pedante. Siempre pensando,
suponiendo, dando por hecho cosas. Sacando conclusiones antes de tiempo.
Raúl le cogió, la mano...
- ¿Tan malo es que sea un simple camarero?, acaso... ¿no podemos seguir siendo amigos?...
-
Me gustaría que me disculparas Raúl. No ha sido mi intención
ofenderte.- ella trató de controlar el hilo de voz- Pero mi reacción no
se debe a tu trabajo. Se debe a que me odio por no haberme dado cuenta
en cuanto entré. Por no haberte reconocido, después de todo lo que
compartimos. No te haces una idea de lo nerviosa que estaba al entrar en
la sala. Pero al no verte me relajé- Raúl le apartaba el pelo, para
poder verle el rostro.Alba seguía sin mirarle a la cara...
- Pero mirame, te lo ruego. ¿Tan cambiado estoy?...- ella se estremeció al sentir su aliento en el cuello - ¿ya no me deseas?...
Y
entonces Alba se derrumbó, se tapó el rostro con las manos. Pero él se
las apartó. Y finalmente, quedaron frente a frente. Sin máscaras, sin
artificios, veintidos años mas tarde. Veintidos años mas viejos. Él la
miró, embelesado, porque siempre habia pensado que los ojos de Alba eran
mas hermosos si cabe, tras el llanto. Alba recorrió con las manos su
rostro, surcando cada arruga, cada gesto de su cara. Era él, sin duda.
Aun la hacia estremecer con sólo mirarla. Aun se sentía desnuda ante su
presencia.
Raúl cerró los
estores desde el panel central del cuadro de luces. Pasó el pestillo de
la puerta y volvió junto a Alba en un suspiro.
-
Has estado impresionante, en la conferencia. Divertida, perspicaz...me
he sentido muy orgulloso. Estas tan cambiada. Ya apenas queda nada de
aquella chiquilla timida con gafas y dientes torcidos. Te has convertido
en un cisne. Aunque, si te digo la verdad, sigo enamorado de aquella
chiquilla.
- Raúl, yo...
-
No digas nada. Solo dame unas horas. No te pido más. Se que estas con
alguien importante. Y que tu vida es perfecta. Tan solo quiero estar
contigo, a solas. Saber de ti...
- Raúl, no puedo...
-
Por favor nena. Una despedida a lo grande y desapareceré de tu vida
para siempre, como si nunca hubiera vuelto. Me iré de la ciudad. Mi
trabajo no es importante. Puedo empezar de nuevo en cualquier
sitio...yo...
- Raúl dejame hablar...¡Para!!.- Alba estaba emocionada- hazlo. No digas nada mas. Solo hazlo.
Y
él obedeció. Despejó la mesa y la tomó en brazos. La desnudó
lentamente, mientras ella permanecía quieta, dejándose hacer. Fue
recorriendo su cuerpo con aquellas manos curtidas y asperas de todos
esos trabajos toscos e ingratos por los que había tenido que pasar.
Alba se estremecía con cada roce, jadeando, temblando.
- ¿Sigues siendo mia?.¿ Seguirás siendo mia esta noche?...- preguntó Raúl, insistiendo y exagerando, el tono...
- Yo no tengo dueño- gimió Alba timidamente...
- No te oigo cielo.
- ¡Yo no tengo dueño!!-gritó ella- Y él ahogó su grito con un profundo beso.
Raúl
comenzó a desnudarse con la ayuda de ella, pero tropezó al quitarse el
pantalón y acabaron rodando por el suelo. Se quedaron de rodillas, uno
frente al otro, desnudos.Y segundos mas tarde, se abrazaban y besaban
como locos. Ella se subió sobre él, dominada por el deseo. A horcajadas,
comenzó a rozarlo, a provocarlo. Él metió una mano entre los dos y
comenzó a estimularla. Ella arqueó su cuerpo y se dejó llevar.
-
Quiero sentirte, quiero sentir como te vas, dimelo. Quiero ver tu
rostro de placer. Quiero recordar esa expresión. Una última vez...
Y
entonces Alba sucumbió. Y se aferró a la mano de Raúl con fuerza, con
posesión. Agotada, extasiada. E inmediatamente le permitió que entrara
dentro de ella. A él no le dió tiempo de evitarlo. No quería, pero ella
insistió y todos los escudos de Raúl quedaron al descubierto. No
conseguía llegar, le costaba. Habia deseado tanto ese momento, que no
podía llegar... Y la separó de él bruscamente. Alba quedó descolocada,
de rodillas ante él. Como en shock...
- ¿Por qué?...¿qué te ocurre?...
-
Maldita sea- sollozaba Raúl aguantando la ira- no debía ser asi. No lo
entiendo... No puedo...pensé que contigo.Llevo años así. No consigo
llegar al orgasmo con ninguna mujer. Sólo lo logré contigo. Y creí
que...¡estúpido!...
-
¡Basta!, por el amor de dios... pero..¿ que pretendias que sucediera?.
No somos los mismos de antes, yo no soy la misma de antes. Mi
cuerpo...los años...el deseo...es normal que no...
-
¿Pero de que hablas nena?...no eres tú. Tu estas estupenda, preciosa.
Yo soy el inutil. Te pido una noche y mira como acaba todo...
- ¿Por qué una noche?... ¿qué prisa tienes?...¿te vas de viaje Raúl?. Yo estoy aqui. No me voy a ninguna parte. ¿Qué clase de zorra fria y sin escrupulos crees que soy?.¿No recuerdas lo que te he dicho, lo nerviosa que he estado porque iba a volver a verte?. Y no sabia si iba a cumplir tus expectativas.Yo... no quiero que te vayas. Ahora, ¡nooo!!...ni mañana, ni pasado...ni nunca...
Dame tiempo, démonos tiempo de volver a reconocernos... de volver a...
- ... Reencontrarnos- sollozó Raúl emocionado...
- Siiii....- le interrumpió Alba- vamos a tomarnos a vernos de vez en cuando, a tomar unas copas y a charlar de nosotros, de nuestras vidas. Y dejemos que el tiempo siga su curso...
- Pero tú tienes pareja. Tú eres de otro hombre... tú...
- Yo no tengo dueño....¿recuerdas?...
- ¿Por qué una noche?... ¿qué prisa tienes?...¿te vas de viaje Raúl?. Yo estoy aqui. No me voy a ninguna parte. ¿Qué clase de zorra fria y sin escrupulos crees que soy?.¿No recuerdas lo que te he dicho, lo nerviosa que he estado porque iba a volver a verte?. Y no sabia si iba a cumplir tus expectativas.Yo... no quiero que te vayas. Ahora, ¡nooo!!...ni mañana, ni pasado...ni nunca...
Dame tiempo, démonos tiempo de volver a reconocernos... de volver a...
- ... Reencontrarnos- sollozó Raúl emocionado...
- Siiii....- le interrumpió Alba- vamos a tomarnos a vernos de vez en cuando, a tomar unas copas y a charlar de nosotros, de nuestras vidas. Y dejemos que el tiempo siga su curso...
- Pero tú tienes pareja. Tú eres de otro hombre... tú...
- Yo no tengo dueño....¿recuerdas?...
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